lunes, 13 de diciembre de 2010

El niño yuntero - Miguel Hernández

    Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

    Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

    Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
   
    Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

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